Una Historia de Amor...
La Iglesia es una Historia de Amor, no una ONG
Homilía del Papa Francisco - Abril 2013
La Iglesia no es una organización burocrática, sino una historia de amor. Así lo afirmó el Papa Francisco durante la Misa presidida en la capilla de la Casa de Santa Marta, en la que participaron algunos empleados del Instituto para las Obras de Religión.
Las lecturas del día narraron las vicisitudes de la primera comunidad cristiana que crece y multiplica sus discípulos.
Una cosa buena, observó el Papa, pero que puede llevar a la tentación de descender a pactos para conseguir “aún más socios para esta empresa”. Pero “el camino que Jesús ha querido para su Iglesia es otro: el camino de las dificultades, la vía de la Cruz, el camino de las persecuciones…
Una cosa buena, observó el Papa, pero que puede llevar a la tentación de descender a pactos para conseguir “aún más socios para esta empresa”. Pero “el camino que Jesús ha querido para su Iglesia es otro: el camino de las dificultades, la vía de la Cruz, el camino de las persecuciones…
Y esto nos hace pensar en qué es la Iglesia, esta Iglesia nuestra, ya que parece "que no es una empresa humana”.
En efecto, no son los discípulos quienes hacen la Iglesia; ellos son solamente los enviados de Jesús. Y Cristo es el enviado del Padre.
Cuando se considera esto, “se ve que la Iglesia comienza en el corazón del Padre, que tuvo esta idea… O más bien, no sé si el Padre tuvo una idea: el Padre tuvo amor. Y dio comienzo a esta historia de amor, esta historia de amor tan larga en el tiempo y que aún no ha terminado.
Cuando se considera esto, “se ve que la Iglesia comienza en el corazón del Padre, que tuvo esta idea… O más bien, no sé si el Padre tuvo una idea: el Padre tuvo amor. Y dio comienzo a esta historia de amor, esta historia de amor tan larga en el tiempo y que aún no ha terminado.
Nosotros, hombres y mujeres de la Iglesia, estamos en medio de una historia de amor: cada uno de nosotros es un eslabón en esta cadena de amor.
Y si no comprendemos esto, no comprendemos nada de lo que es la Iglesia”.
A veces surge la tentación de centrarse en el crecimiento de la Iglesia sin recorrer el camino del amor. Pero “la Iglesia no crece con la fuerza humana."
Algunos cristianos, por razones históricas, se equivocaron, formaron ejércitos, hicieron guerras de religión. Aquélla fue otra historia que no es esta historia de amor. También nosotros aprendemos de nuestros errores cómo va esta historia de amor.
“Entonces, ¿cómo crece la Iglesia? Jesús lo dijo de modo simple: como la semilla de mostaza, come la levadura en la harina: sin ruido”. La Iglesia “crece desde abajo, lentamente”. Y cuando la Iglesia quiere presumir de sus cifras y realiza organizaciones, y hace oficinas, y se convierte en un poco burocrática, pierde su sustancia principal y corre el riesgo de transformarse en una ONG. Y la Iglesia no es una ONG. Es una historia de amor…
Pero están aquí los del IOR… ¡Perdónenme, eh! Todo es necesario, las oficinas son necesarias… y bueno! Pero son necesarias hasta un cierto punto: como ayuda a esta historia de amor. Pero cuando la organización toma el primer lugar, el amor disminuye y la Iglesia, pobrecita, se convierte en una ONG. Y ese no es el camino.
Pero están aquí los del IOR… ¡Perdónenme, eh! Todo es necesario, las oficinas son necesarias… y bueno! Pero son necesarias hasta un cierto punto: como ayuda a esta historia de amor. Pero cuando la organización toma el primer lugar, el amor disminuye y la Iglesia, pobrecita, se convierte en una ONG. Y ese no es el camino.
La Iglesia crece con la fuerza del Espíritu Santo, porque no es una organización: “No, es Madre. Es Madre. Hay tantas mamás en esta Misa. Qué sienten ustedes si alguien pregunta: ¿‘Usted es una organizadora de su casa?’ ‘No ¡yo soy la mamá!’ Y la Iglesia es Madre. Y nosotros estamos en medio de una historia de amor que va adelante con la fuerza del Espíritu Santo, y nosotros, todos juntos, somos una familia en la Iglesia que es nuestra Madre”.
Para terminar, el Papa elevó su oración a la Virgen “a fin de que nos dé la gracia de la alegría, de la alegría espiritual de caminar en esta historia de amor”.
